Adoro esta sensación patosa:
Salir a la calle con la única seguridad
de que me voy a perder. Y ese pequeño temor de que una vez perdida no tendré ni
pajolera idea de cómo preguntar ni dónde estoy ni a dónde he de llegar –claro
que esta duda existencial me persigue desde que me salieron los dientes-.
Siento París como un metro inmenso que
cuando entras en una de sus bocas, te parece un lobo, y cuando has de hacer un
trasbordo se convierte en un dragón de demasiadas cabezas.
Se me
hiela el aliento cuando veo el termómetro por debajo del 0. Un frío que me hace llorar. Y moquear. Respuesta
equivocada de mi cuerpo, porque no estoy triste-aunque sí algo resfriada- sino que
soy insultantemente feliz.
Leer boulangerie en cada esquina me
engorda la ilusión y la pituitaria.
Juego a jugar con las formas: una
pirámide de cristal, una larguísima I de hierro, Una U invertida que la llaman
arco. Muchos señores y señoras, estáticos. De piedra, de bronce, que cuando me
despisto recobran vida y andan por la aceras a mi lado y saltamos de balcón en
balcón, porque la arquitectura y la imaginación nos lo permiten.
Mientras buceo por la ciudad uno de los
patos me pregunta que qué hago aquí. Me paro y me quedo presa en su cuello
verde. Y le susurro:“pregunta aún sin respuesta” y que me permita unos cuantos
días más para darle una contestación. Y le sonrío.
No vayas a sufrir una patología con tanto frío... ¡abrígate la cabeza! porque si ya hablas con los patos.... :)
ResponderEliminarBss
Lindo gatito...
ResponderEliminarLe pondremos una boina "parisienne" en lo alto de la azotea.
No puedo prometer que hable con los patos... pues "patosa" soy.
;-)
Bizz avec des canards et des lacs glacés.
Et
Culottes en l´air!!!!
http://www.youtube.com/watch?v=lK0gYi1YEZ8
Enid!!!! Genial ya puedo seguirte en tus aventuras y desventuras.
ResponderEliminarSonreir:))) y esperar tus chaladuras, claro que siempre me alegras el día.
Esto vale una misa... suerte y al toro.
Reyes